«Qué siente el bebé durante el embarazo»

Gracias a mi trabajo realizando Ecografías Emocionales, tengo la suerte de poder «cotillear» lo que pasa dentro de las barriguitas de las mamás. Todos los días, puedo contemplar a pequeñas personitas que en un espacio reducido tienen una vida llena de matices y sensaciones. ¡Y es algo maravilloso!

Los papás, hermanitos, familiares y yo misma, disfrutamos de cómo el pequeño duerme plácidamente apoyado en la pared del útero o en la placenta, al despertarlos bostezan cómo cualquier persona que se acaba de despertar, e incluso, ¡algunos se enfadan! (normal, a mí tampoco me hace gracia que me despierten…)

También podemos observar al pequeño tragar y saborear el líquido amniótico, que cambia de sabor en función de lo que mamá come, aprendiendo así a diferenciar sabores, y por supuesto, muestran sus preferencias: ¡les encanta el dulce!

Les explico a los papás que sus bebés ya son capaces de oír sonidos, sus voces, música, pero algunos se muestran reticentes, hasta que  me oyen cómo les hablo a sus hijos con dulzura y los pequeños me sonríen… entonces, justo en ese momento, brota la magia y los papás y la familia empiezan a hablarles a sus sus bebés… igual que si ya hubieran nacido y lo tuvieran en sus brazos.

Una de las cosas más bonitas que he podido ver es a un bebé acariciar a su mamá desde dentro…  es emoción en estado puro.

Hace poco vino una pareja, y la mamá empezó a acariciarse la barriga y a susurrarle a su bebé las palabras de amor que toda madre les susurramos a nuestros pequeños en momentos íntimos, cómo por ejemplo, al darles el pecho. Su bebé reaccionó con sonrisas y abriendo los ojos, parecía que buscaba la voz de su mamá. Entonces el papá se abrazó a ella… y yo, buff!! me sentí sobrecogida de formar parte de un momento tan mágico, intimo y precioso…

Pero no todos los niños son tan mimosos, también recuerdo especialmente un niño que su papá le gritaba: ¡¡RUN, RUNNN!!! ¡QUÉ VIENE LA MOTO!!! y el peque se partía de la risa!!!  bueno, y todos los que estábamos allí también! Fue divertidísimo.

Trabajar con emociones siempre resulta gratificante, sobre todo, cuándo estas emociones son positivas: amor, ilusión, alegría, esperanza… Cuándo termino la jornanda, si he conseguido que al menos una familia haya reforzado el vínculo afectivo con su bebé, que comprendan que su pequeño tiene la capacidad de SENTIR, OIR, ACARICIAR, SABOREAR… aunque todavía no haya nacido, me siento enormemente feliz, y es que, los buenos sentimientos son como la lluvia que todo lo empapa.

Hay diversos estudios científicos, libros que evidencian todo esto que os cuento,  que nos hablan de la importancia de establecer el vínculo afectivo con nuestros hijos, ya antes de nacer, (puedes consultar los trabajos de Vivette Glober, Thomas Verny, Jhon Kelly, Dr. Chamberlain) pero las personas somos así: ¡ver para creer!

«No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos» El principito

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